(Behavior problems in dogs and cats. Homoeopathic vision [Part I])

María Carolina González Gómez

Resúmen

En el siguiente artículo se describen y analizan las variables nocivas que, según los autores, se han ido adicionando a lo largo del proceso de domesticación de los caninos y felinos, desde sus inicios hasta la actualidad, resultando en una serie de problemas conductuales en preocupante crecimiento.

Palabras claves: Domesticación – Campos morfogenéticos – Campos motores – Estrés – Problemas de comportamiento.

Abstract

In the following article it’s described and analyzed the nocive variables that according to the authors had been added through the domesticity process of the canines and felines from it’s beginning until nowadays, giving as a result a set of behavior problems that are in worrying growth.

Introducción

A nuestro entender, resulta imprescindible antes de abordar el tema que nos ocupa, referirnos sintéticamente a las investigaciones de Rupert Sheldrake, biólogo inglés, quien en la década de los años ’80, a raíz de la poco convincente afirmación que citaba al ADN como único responsable de la información determinante de la forma, el instinto, la reproducción, la regulación y la regeneración manifestada por los organismos vivos, adjudicándosele al ambiente un rol secundario, influyendo por ejemplo en el tamaño final alcanzado por un individuo, en la funcionalidad de sus perfiles metabólicos, etc., y, retomando las propuestas sugeridas por Bergson (teoría del élan vital), por H. Driesch (teoría de la entelequia) y por H. S. Burr (teoría de los campos L), entre otros, elaboró la “Hipótesis de causación formativa”. La misma sugiere que entre el ADN y los procesos de formación de un organismo, habría un estado de mediación, compuesto por un complejo conjunto de campos ocultos que dirigirían todas las etapas de la morfogénesis y la forma definitiva que cobran los seres vivos, incluyendo la conducta. A dichos campos ocultos los denominó “campos morfogenéticos”.
A posteriori, Sheldrake amplió su hipótesis, sosteniendo que “no solo la vida estaría guiada en su forma por campos ocultos, sino también el mundo inanimado de los cristales, las moléculas y los átomos, que a su vez está vivo en cierta forma”. Todo crecimiento y toda forma se verían influenciados por la acción de los campos, desde las partículas subatómicas, pasando por la especie humana, hasta llegar a las galaxias y más allá.
Los campos morfogenéticos de Sheldrake son diferentes de los otros campos propuestos por los biólogos o descubiertos por los físicos. Se trataría de formas muy sutiles de energía (ondas formativas), con la función implícita de guiar a los átomos o a las células hacia un lugar predeterminado para formar una estructura. Los mismos actuarían a modo de patrones, cauces oplanos sobre los que se desplegarían los seres y las cosas. Por ejemplo, la formación de un átomo a partir de los electrones y el núcleo, estaría guiado por un campo; la formación de una molécula, por otro; la regulación metabólica de una célula, por otro más; y así sucesivamente, elaborando una intrincada red de entrelazamientos infinitos entre los campos, que se contendrían unos a otros. Consecutivamente, los campos morfogenéticos se verían influenciados por los seres y las cosas que se van formando, no permaneciendo iguales a lo largo del tiempo debido a la continua y sutil modificación que ejercería constantemente sobre ellos cada ser o cosa existente o que haya existido.
Las presiones ejercidas por el ambiente sobre un grupo de individuos de una especie dada, se transmitirían al correspondiente campo subyacente modificándolo, éste actuaría indirectamente sobre los demás individuos de la misma especie, viéndose así afectados por el cambio, aunque se hallaren distantes geográficamente.
Los campos encargados de dirigir el movimiento, moldeando los patrones de conducta e instintode los seres vivos, se denominan “campos motores”.

Desarrollo

1) DOMESTICACIÓN ESPONTÁNEA INICIAL:

     Estudios retrospectivos arqueológicos y antropológicos sostienen que la primera especie animal reconocida como doméstica es el perro (canis familiaris), produciéndose tal evento aproximadamente entre los años 14.000 a 12.000 A.C. Los supuestos que intentan explicar esta domesticación aparentemente espontánea son:
– Acercamiento paulatino de algunos ejemplares a los campamentos humanos en busca de alimento      (sobras).
– Adopción y crianza artificial de cachorros huérfanos por parte de algunos humanos (se atribuye un papel preponderante a las mujeres y a los niños en este caso).
Una vez incorporados los cachorros a la “familia humana”, se habría producido una interacción positiva entre individuos de ambas especies, facilitada por ciertas características de conducta precisas, tales como la sociabilidad y el comportamiento gregario propio de los caninos (los perros instintivamente “montan guardia”, inclusive de noche; alertan sobre potenciales peligros; colaboran en defensa del asentamiento; se suman a las tareas de caza; etc.) viéndose beneficiados a cambio por obtención de alimento, seguridad y refugio de forma menos trabajosa.
Retomando las ideas de Sheldrake, los primeros canes que se acercaron a los seres humanos habrían modificado inicialmente el campo motor de la especie canina, favoreciendo así los sucesivos y posteriores encuentros con otros ejemplares. A medida que más y más perros entraban en contacto con los humanos, el campo motor seguía reforzándose, facilitando la modificación de la conducta para todos los individuos de la especie. Esta hipótesis explicaría el porqué de la domesticación concomitante producida, según los investigadores, en Norteamérica, Asia y Europa, sin otra presunción mas que la atribuída al azar.
Cuando el humano se asienta como agricultor, comienza el proceso de domesticación de los pequeños rumiantes, incorporándose paulatinamente el perro a esta tarea pastoril.
En lo referente a la especie felina, se estima que su domesticación se produjo alrededor de los años 3.500 a 3.000 A.C., comenzando en África, en el delta del río Nilo. Precisamente, se supone que algunos ejemplares del gato salvaje africano, habitante de dicha región, evolucionaron mediante una probable mutación genética que elevó el umbral de activación para los mediadores químicos que causan excitación (adrenalina y noradrenalina), provocando que algunos ejemplares fuesen emocionalmente menos reactivos que otros, pudiendo vencer la inhibición inicial, para así acercarse a los graneros en busca de los ratones que proliferaban en abundancia debido al acopio de cereales. El resto de la historia es similar a lo sucedido con los caninos: más y más gatos se acercaron en busca de alimento, aceptándolos el humano por resultar los mismos un eficiente control de plagas (ratones en este caso).

2) DOMESTICACIÓN INDUCIDA POSTERIOR:

    Transcurridos los primeros milenios de convivencia entre los seres humanos y los animales domesticados, nuestros antepasados observaron algunos rasgos deseables de comportamiento específico más marcados en unos individuos que en otros. En el caso de la especie canina, primariamente se eligieron los ejemplares que presentaban características netamente útiles (docilidad, aptitud pastoril, aptitud para la caza, etc.), llegándose finalmente, tras muchas etapas intermedias cuya
descripción excede el objetivo de este artículo, al entrecruzamiento con fines puramente estéticos, originándose de esta manera, muchas de las razas que actualmente se conocen.
Debido a su particular comportamiento, los felinos han sido mucho menos manipulados que los perros, pudiéndose afirmar que los ejemplares actuales distan muy poco, genotípicamente hablando, de aquel gato salvaje africano del delta del río Nilo.
El largo proceso de selección artificial al que fueron sometidos, sobretodo los caninos, ha provocado mutaciones profundas en su anatomía, su fisiología y su comportamiento, permitiendo la expresión de ciertos componentes orgánicos (sobretodo a nivel del SNC) que en condiciones naturales habrían sido eliminados. Si la deducción precedente fuese correcta, se podría afirmar que los problemas de conducta se deberían originalmente a “covariaciones accidentales provocadas por una selección artificial dirigida exclusivamente a resaltar características somáticas y fisiológicas, sin tener en cuenta las etológicas y conductuales”. El resultado final de tales mutaciones se traduciría como el creciente número de animales con trastornos en su comportamiento debidos a una aparente noadaptación al ambiente artificial en el que les toca vivir (urbano, peri-urbano), presionados aún más por la relación estrecha con el ser humano, animal dominante que modifica cada vez más el medio, no asemejándose practicamente en nada una ciudad, con su ritmo cotidiano, al habitat original del cual provienen los perros y los gatos. De todas formas, la sugerencia que cita a la no adaptación como la única responsable de los trastornos de comportamiento, resulta discutible, puesto que los animales domesticados, además de una larga selección artificial, han desarrollado una coevolución con los ámbitos de crianza, resultando al menos discutible la afirmación que sostiene que los mismos deben manifestar un comportamiento natural, aún en las condiciones artificiales anteriormente mencionadas.

3) EXPERIENCIAS PRECEDENTES:

     Para la biología actual, la conducta innata está regida por el código genético de cada especie en particular, y la conducta aprendida, definida sintéticamente como “cambios sutiles en el SNC”, no puede transmitirse a los descendientes (salvo mediante el aprendizaje, claro está). Para R. Sheldrake, la conducta innata estaría regida por la interacción de los siguientes factores: la herencia genética, los campos morfogenéticos correspondientes que controlan el desarrollo general del sistema nervioso y por los campos motores que moldean los patrones de conducta de animales geneticamente similares. Con respecto a la conducta aprendida, sí sería posible que se transmitiese a otros individuos de la misma especie sin contacto directo, ya que cada variación conductual reforzaría el campo motor de la especie, modificandose así el patrón específico para todos los ejemplares. Se puede conjeturar entonces que cada sujeto poseería en sus células la memoria de lo que ha acontecido con su especie desde que surgió como tal, incluyendo la evolución de la conducta. Esta memoria celular sería un “sutil reflejo de todo el pasado”, que al ir replegándose, afectaría el despliegue futuro, puesto que cada vivencia del tiempo presente se plegaría constantemente influyendo en el todo (pasado, presente y futuro de cada ser o cosa); en otras palabras, el momento presente (que no es más que un reflejo del pasado), actuaría para dar forma, para guiar a la sucesión de momentos que se despliegan en ese instante del espacio-tiempo, modificando consecuentemente el futuro. Por ejemplo, la domesticación modificó profundamente las características del periodo de socialización de las especies domesticadas, alargándolo. Experiencias realizadas con lobeznos salvajes europeos comprueban que para ser socializados con seres humanos, deben ser retirados de su madre antes de las 2 semanas de nacidos y manipulados regularmente; en cambio, perros y gatos asilvestrados pueden ser socializados (recuperados), en un periodo más largo y a varias especies diferentes a la vez.

ETAPAS DEL CRECIMIENTO: tanto para la especie canina, como para los felinos, se reconocen etapas bien definidas de desarrollo:
A) Gestación: para ambas especies es de aproximadamente 60 días. En la vida intrauterina se desarrolla la sensibilidad táctil (21 días para el gato, 45 días para el perro). El sistema vestibular comienza a operar a los 50 días más o menos, para ambas especies.
B) Periodo neonatal (0 a 14 días): el olfato ya está presente, la audición es muy rudimentaria, los ojos se abren a los 7 a 10 días en los felinos y a los 10 a 16 días en los caninos. Los cachorros se guían por termotactismo principalmente.
C) Periodo de transición (14 a 21 días): es un periodo fundamental, pues durante el mismo aparece la posibilidad de establecer relaciones afectivas. El olfato alcanza su madurez hacia los 21 días, el oído y la visión, permiten una mayor orientación hacia los 15 días en el felino y hacia los 21 días en el canino. Comienza la impregnación.
IMPREGNACIÓN: impronta, socialización primaria o imprinting, es un proceso lento y gradual en los carnívoros domésticos, pues son dependientes mayor tiempo de la madre, comenzando durante el periodo de transición y culminando alrededor de los 4 meses.
D) Periodo de socialización: continúa la impregnación, siendo la misma un proceso de aprendizaje esencial para la identificación con los semejantes (compañeros sociales y sexuales). Hacia los 28 días comienzan los juegos sociales. La maduración visual se alcanza a los 35 días.
Gatos:  se extiende hasta la 4º semana (intraespecífica) y hasta la 6º o 7º semana (interespecífica).
Perros: va desde la 3º hasta la 12º semana (óptimo entre la 6º a la 8º semana).

Si no se conocen y respetan estos periodos del desarrollo sensitivo-motor y social de los carnívoros domésticos, manipulándolos inadecuadamente (destete precoz, socialización incorrecta intra e interespecífica, desconocimiento de las pautas de comportamiento esenciales, etc.), no se completarán satisfactoriamente las correlativas etapas madurativas, predisponiéndose a los animales a presentar todo tipo de anomalías en su conducta.

4) AMBIENTE:

    Retomando los conceptos anteriormente mencionados tales como adaptación al medio y coevolución animal-ambiente, mencionaremos a continuación los factores ambientales cuyo equilibrio es fundamental para lograr el normal desarrollo de las especies en cuestión.

A) FACTORES FÍSICOS:

– ESTRUCTURA DEL AMBIENTE PROPIAMENTE DICHO: el territorio o espacio vital,    entendiendo como tal a “la constelación de zonas asociadas a funciones comportamentales precisas”
marcado por señales olorosas, visuales e inclusive por vocalizaciones en algunas ocasiones, es sumamente importante para la especie felina. Por ser los gatos animales territoriales, el equilibrio de los mismos está estrechamente relacionado con la organización del entorno. Se distinguen 3 tipos de campos territoriales para dicha especie:

  • Campos de actividad (cacería, juego, eliminación)
  • Campos de aislamiento (refugio, generalmente sobreelevado)
  • Campos de agresión (espacios variables en función del estado fisiológico, emocional, etc.)

Si bien los perros también son animales territoriales, necesitando vastedad de espacio en estado silvestre, parecerían no afectarse de igual forma que los gatos ante la limitación impuesta arbitrariamente por los humanos, siempre y cuando la integración social al grupo al que pertenecen sea satisfactoria.
Es fundamental entonces respetar las dimensiones ambientales (espacio físico adecuado), la presencia y posición de lugares de reposo y refugio, con la correspondiente y adecuada higiene en cada sitio.

– CONDICIONES CLIMÁTICAS: temperatura y humedad aceptables.
– EJERCITACIÓN Y RECREACIÓN.

B) FACTORES PSÍQUICOS:

– ESTÍMULOS AMBIENTALES

  • Falta: aburrimiento.
  • Exceso: hiperestimulación.

– CONFLICTOS SOCIALES

  • Intraespecíficos: superpoblación, hacinamiento, convivencia obligada con animales dominantes, etc.
  • Interespecíficos: convivencia obligada traumática con animales de diferentes especies (incluído el ser humano).

– REPRESIÓN DE INSTINTOS

  • Caza
  • Apareamiento

5) ALIMENTACIÓN:

A) FALTA O RESTRICCIÓN.
B) RESTRICCIÓN POSTERIOR A ABUNDANCIA.
C) NO ADECUADA

  • Desbalanceada.
  • No sabrosa (el animal no come porque no le gusta).
  • No apta para la especie en cuestión (suministrar alimento para gatos a los perros o viceversa).

D) TÓXICA

  • Aditivos químicos (conservantes, antioxidantes, etc.)
  • Mala conservación
  • Contaminación

Conclusiones

Según el desarrollo expuesto precedentemente, se podría sintetizar casi totalmente la problemática en un solo término: ESTRÉS (sobrecarga, tensión), entendiéndose como tal a la “respuesta neuroendocrina tendiente a corregir los efectos nocivos de las noxas sobre la homeostasis”. Tal situación prolongada en el tiempo, lleva a cada organismo modificado (en mayor o menor medida) por el proceso de selección artificial, con sus pautas específicas de comportamiento (innato y aprendido) y portador de un psiquismo individual, a la adaptación (equilibrio) o a la no adaptación (desequilibrio). Si la interacción animal–ambiente llegare a ser negativa, produciéndose un desequilibrio energético, las posibilidades de que se produjesen a posteriori signos y síntomas indicadores de enfermedad serían altísimas, dependiendo la manifestación de los mismos de la susceptibilidad individual y de especie.

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